LA EDUCACIÓN EN EL SIGLO XXI

La educación del siglo XXI debería acomodarse a la realidad, seguir su paso, acompañarla, y no quedarse en métodos del siglo pasado, aplicables a esa sociedad, y no al mundo globalizado, poblado de imágenes y de avances tecnológicos que permiten comunicaciones sin impedimentos de distancia, que caracterizan al presente. Esto no significa que la escuela no debe reivindicar valores olvidados o enseñar el pasado, para interpretar eficaz y moralmente el presente, y analizarlo críticamente. Los docentes de hoy deben luchar contra “los celulares” que se meten en las aulas al menor descuido, y distraen el desarrollo de la clase; con alumnos y padres que les niegan su autoridad; con propuestas “rabonas” colectivas que se organizan desde Internet; con las máquinas de “jueguitos” que les quitan tiempo a los alumnos para hacer tareas, lo mismo que el “chat”. Es por esto que, los profesores se han adaptado a las necesidades y recursos educativos del siglo XXI, por lo que las redes sociales, vídeos e investigaciones se han tomado el aula, cambiando la forma de educar. Cada día surgen nuevas tecnologías y aplicaciones que no paran de revolucionar nuestro mundo, y las salas de clases no son la excepción. Es por eso por lo que los profesores se han adaptado a este nuevo escenario, innovando en sus prácticas pedagógicas para incorporar la tecnología y acercar el aprendizaje hacia la realidad y contexto de los alumnos. Algunas características de los profesores del siglo XXI, elaboradas por la profesora Tsisana Palmer, y publicadas por Universia.. 1. Aprender nuevas tecnologías: Para Gómez Zermeño, saber utilizar las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) “es una competencia básica para la vida, al igual que la lectura, la escritura y las matemáticas”. 2. Brindar instrucciones personalizadas: Los estudiantes son diferentes, aprenden de manera distinta y poseen habilidades y talentos particulares. A esto se suma que, mediante su celular, Tablet o computador, tienen acceso instantáneo a cualquier tipo de información. Por este motivo, el docente debe, en la medida de lo posible, adaptar las instrucciones a las necesidades de cada alumno. De esta manera, el estudiante se verá sentirá libre y motivado respecto a sus tareas. 3. Globalizar el salón de clases: En este mundo interconectado y cada vez más pequeño, tenemos la oportunidad de aprender sobre otras culturas de primera mano. Si en tu clase deben estudiar a Japón, por ejemplo, no lo hagan a través de libros de texto. Utiliza herramientas como Google Earth para “visitar” el país, utiliza las redes sociales para encontrar a un japonés dispuesto a charlar con tus alumnos acerca de su cultura: las posibilidades son infinitas. 4. Incentivar a los alumnos a producir contenido: Aunque los alumnos de hoy son considerados nativos digitales, las instituciones siguen pidiendo tareas tradicionales en papel. En su lugar, incentiva a tus estudiantes a crear y editar vídeos, infografías y blogs creativos y dinámicos. 5. Digitalizar el aula: Cada vez existen más plataformas destinadas a digitalizar el salón de clases: Google Classroom, Google Groups, Wiki o Moodle son algunas de ellas. Insta a tus alumnos que suban sus tareas, compartan materiales y participen en debates a través de este medio. “En un mundo global donde la ‘constante es el cambio’, los docentes deben ser capaces de adaptar continuamente en su práctica educativa”, afirma Marcela Gómez Zermeño, doctora en Innovación Educativa.

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